Hace bastante que no escribo ninguna entrada, y la verdad es por falta de ganas. Tenía algún par de cosas interesantes que comentar, pero la vagancia me ganó de mano. Tal vez las ponga más adelante.
Hoy quería hablar de las candidaturas testimoniales (un tema bastante quemado) y de las habladurías que se dicen estos días acerca de las elecciones de Junio.
Para los que no lo saben, el oficialismo argentino tuvo la brillante idea de que funcionarios actuales encabecen las listas de su partido. Hasta acá nada raro. El tema es que esos funcionarios no van a renunciar a su puesto para asumir el nuevo cargo legislativo, en caso de que ganen. ¿Entonces, para qué se postulan? Ellos alegan que, mostrándose ellos en las listas, van a tener más probabilidades de ganar, aún cuando todos sepamos que no van a asumir.
Una barbaridad de las grandes. Todavía me cuesta creer cómo es que se puede votar a alguien para un puesto que sé que no va a asumir.
Con esta idea de las candidaturas testimoniales, ocurre lo siguiente, por poner un ejemplo: el actual Jefe de Gabinete (que viene a ser el jefe de los ministros nacionales), Sergio Mazza, que se supone que también es Intendente del Partido de Tigre (pero que está de licencia), ahora también se postula para legislador, un cargo que obviamente no va a aceptar. Así que, en definitiva, este tipo estaría con tres cargos en total, de los cuales:
uno está de licencia
el otro lo ocupa
y para el otro se postula pero no va asumir
Yo me pregunto cómo les da la cara para hacer esto. Si querés un cargo, ¡renunciá a los que no vas a ejercer!
Y ahora, siguiendo con el tema de las elecciones, pero dejando aparte el tema de las candidaturas testimoniales...
Escuché y leí en varios medios que los votantes opositores, para hacer que el oficialismo pierda, tenemos que votar en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, a De Narváez (que es el segundo en las encuestas) ya que de esa manera le sumamos votos a alguien que le puede hacer pelea a Kirchner en las elecciones. En cambio, no habría que votar por el ARI (que va tercero en las encuestas) porque, como decían Kang y Kodos en Los Simpson: "Voten por un tercer candidato. Sí, tiren su voto a la basura".
Lo que parece que no se está teniendo en cuenta es que estas son elecciones LEGISLATIVAS. Si bien no estoy completamente de acuerdo con eso de tirar el voto a la basura (aunque algo de verdad tiene), ¡en este caso estamos votando puestos en el congreso y en los concejos deliberantes! No es que hay un solo ganador, porque al darle mi voto a cualquier partido, éste puede llegar a sumar bancas en el parlamento. Y una banca opositora en el parlamento, sin importar de quién sea, se supone que es un golpe apara el oficialismo.
A ver: supongamos que el oficialismo saca el 30% de los votos, el PRO saca el 28% y el ARI el 23% (con el resto en partidos minoritarios). Por más que el oficialismo "haya ganado", hay un 70% de votos no oficialistas, que se traduce en un 70% de bancas nuevas para la oposición y un 30% para el oficialismo.
Díganme ahora quién gana de verdad.
Fíjense que esos cactus en realidad no son cactus, son cardones, ya que al secarse dejan una madera muy resistente que los indígenas de a zona, incluidos los incas, utilizaban mucho.
